¡HE PERDIDO A MI MADRE!

La Duquesa de Cannizzaro fue la madre adoptiva de Eugenio en Palermo. Era generosa con los pobres y Eugenio le asistía en dar limosnas a los necesitados.

Lo demostré a su muerte [29-4-1802], cuando todos vieron que mi dolor fue incomparablemente más profundo que el de sus hijos. La princesa a quien con tanta razón yo llamaba madre, nos fue arrebatada súbitamente: el golpe fue cruel y la herida profunda; me afectó por mucho tiempo, incluso caí enfermo. Me han dicho que al ver el cadáver me arrodillé al pie de su lecho, gritando repetidamente con dolor: “¡He perdido a mi madre, he perdido a mi madre!”.

Diario del Exilio en Italia, EO XVI

Fue el primer encuentro de Eugenio con la muerte de alguien a quien estaba apegado emotivamente. De él aprendió a comprender la muerte y el dolor en el futuro. Tuvo una intensa reacción y veremos cuánto le afectaría en el futuro la muerte de sus seres queridos.

Hubenig y Motte comentan: “Tal vez sea una señal de cuánto se había perdido en la vida espiritual de Eugenio y de no haberse refugiado en la oración o la lectura espiritual para encontrar consuelo a su sufrimiento. En vez de ello, se hundió en un largo ensayo contemplativo en verso inexpresivo, titulado Pensamientos Nocturnos de la Vida, Muerte e Inmortalidad, de un obscuro poeta inglés, Edward Young (1683-1765). En él abundan las imágenes macabras y de hecho inició brevemente algo llamado la “escuela del cementerio” de poesía en Inglaterra. Eugenio describe al autor y su poema:

Un hombre maravilloso, y lo que es más importante, el mejor y más solidario amigo que pude encontrar en este momento. Ambos compartimos los mismos sentimientos… Su escrito es sublime y conforma una lectura satisfactoria de reflexión.

…Alarmado, el padre de Eugenio le reprende: “Debes olvidar esa lectura que tanto te complace. Al fomentar tu sufrimiento, solo sirve para evitar el efecto de lo que prescriben los  doctores para aliviar tu pena.”   (Viviendo el Fuego del Espíritu, pág. 24)

El joven tenía aún un largo camino que recorrer antes de poder integrar la muerte y el sufrimiento a una visión espiritual. Más adelante su sufrimiento sería intenso, pero aprendería a refugiarse en el Salvador en vez de la poesía romántica.

SPANISH

“El sufrimiento es el precio que pagamos por el amor.”   Reina Isabel II

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