¿Puedo olvidar aquellas lágrimas amargas que la vista de la Cruz hizo brotar de mis ojos un Viernes Santo?
Diario de Retiro, Diciembre 1814, O.W. XV núm.130
“¿Puedo olvidar… que la vista de la cruz?” pregunta Eugenio?
Toda acción durante su vida, todas las ocasiones en que predicó el Evangelio, todas las veces que extendió sus manos a los pobres y más abandonados, era una proclamación de: “¡Nunca puedo olvidar la vista de la cruz!”
Es la única señal distintiva que dió a los Oblatos – bajo la cual todos los aspectos de nuestra vida se desarrollan: “¡Nunca olvidar la vista de la cruz!”
“A través de los ojos del Salvador Crucificado” es el único punto de vista que la familia Mazenodiana es llamada a ver el mundo: “¡Nunca olvidar la vista de la cruz!”
Justo al final de su vida, el P. Tempier escribió a los Oblatos: “Es imposible describirles el ejemplo que dió, los sentimientos manifestados durante estos tres días [de preparación para el Sacramento de los enfermos]. Consideramos una gracia especial haber visto y escuchado lo que presenciamos. Gritó:
Estoy en la cruz y con gusto permanezco en ella y ofrezco mi sufrimiento a Dios por mis queridos Oblatos
Circular núm. 2 del 29 de Enero de 1861 en Escritos Oblatos II, vol. 2, núm. 116.
“La gente ha dicho que la cruz de Cristo no fue algo heróico, pero deseo decirles que la cruz de Jesucristo ha dado más heroísmo a las almas de la gente que cualquier otro suceso en la historia.” John G. Lake