Un sacerdote y amigo cercano, Charles Forbin Janson, había invitado a Eugenio a unirse a su grupo de misioneros, los Misioneros de Francia, quienes predicaban en francés en toda Francia. En el breve extracto a continuación vemos el compromiso de Eugenio y de sus posibles compañeros a la necesidad de predicar en provenzal, para beneficiar a los habitantes abandonados en la campiña de Provenza.
Lo que tocó el corazón de Eugenio e hizo que respondiera fue la situación de la gente en Provenza que no estaban siendo atendidos adecuadamente por el ministerio normal de la Iglesia local.
Ahora me preguntaras tal vez, por qué, queriendo ser misionero, no me uno con vosotros con el pequeño grupo que podría reunir…
Pero lo que nos debe retener, es que nuestras regiones están desprovistas de toda ayuda, que los pueblos ofrecen esperanzas de conversión, que no hay pues que abandonarlos.
Ahora bien seria abandonarlos el unirnos a vosotros, porque nosotros solos, solos y no vosotros, podemos serles útiles. Hay que hablar su propia lengua para ser comprendido de ellos; hay que predicar en provenzal.
Carta a Forbin-Janson, el 28 de octubre 1814, E.O. VI n 2
La consideración de esos males ha conmovido el corazón de algunos sacerdotes celosos de la gloria de Dios, que aman entrañablemente a la Iglesia, y están dispuestos a entregar su vida, si es preciso, por la salvación de las almas.
Préface
«Siempre cerca de la gente con la que trabajan, los Oblatos prestarán constantemente atención a las aspiraciones de la misma y a los valores que posee. No temerán presentar con claridad las exigencias del Evangelio.» CC&RR Constitution 8