La seguida de los escritos de Eugenio en orden cronológico nos trae hoy la ceremonia de graduación del colegio, donde muchos de los miembros de la congregación de la juventud estudiaban. El orgullo paternal de Eugenio por los logros de “sus” jóvenes brilla a través de todas las palabras que él escribe:
El éxito que hoy han tenido los congregantes será para siempre una prueba irrefutable de que la piedad de que se hace profesión, muy lejos de perjudicar al progreso de los estudios, es para ellos una ayuda muy poderosa para desempeñar bien todos sus deberes. Se lo habíamos asegurado de antemano a todos los que sentían la tentación de ponerlo en duda. Ya se había podido percibir dentro de las familias y en el comportamiento cotidiano de los congregantes, pero hoy la prueba se ha puesto a la vista de toda la ciudad, y toda la ciudad aplaudió con gozo cuando en la distribución de premios que se hizo solemnemente en la iglesia del colegio, se reconoció que los congregantes eran los que habían trabajado con más constancia y mejor durante todo el año.
En efecto, ellos obtuvieron el premio de excelencia en todas las clases desde la retórica hasta el 6º grado. Además, no se contentaron con merecer ese premio, sin comparación el más precioso de todos, pues es la recompensa de la aplicación y del éxito del trabajo de todo el año, sino que añadieron muchos otros también muy honrosos.
No podemos negarnos el placer de referir los nombres de quienes han merecido ser coronados de manos del primer Magistrado de esta ciudad y han honrado así a la Congregación a la que sin duda deben en gran parte sus éxitos y sus triunfos sigue toda una página de nombres.
Diario de la Congregación de la Juventud, el 26 de agosto 1815, E.O. XVI
Yvon Beaudoin comenta: sigue una página llena de nombres con las calificaciones obtenidas en varias asignaturas. Tres futuros novicios de los Misioneros de Provenza figuran en la lista: Master Giraud, Léon de Saboulin y J.B.G de Bausset.