LE OBSEQUIO, CADA VEZ QUE LO ENCUENTRO, CON LA HISTORIA DE ALGUNA MUERTE REPENTINA

La Poire, sobrenombre del marqués Boniface de Périer, fue amigo de la infancia del padre de Eugenio. En este extracto de una carta de Eugenio a su padre, uno atisba el sentido del humor de Eugenio. Puedo imaginarle sonriendo de oreja a oreja cuando escribía sobre su intento de convertir a La Poire –pero “aterrándole” con una muy seria intención de hacerlo.

Lo que dice de La Poire  marqués de Périer, amigo de infancia del presidente es muy justo. Por eso, no fue por razón de afecto por lo que le pedí a usted una carta para él, sino a causa de la situación de los negocios de usted relacionados con él; lo que usted me indica para él es suficiente; se lo voy a comunicar. Se le conoce como egoísta en supremo grado ; yo le compadezco, tanto más porque piensa poco en su salvación. Esto me apena sobre todo porque verosímilmente será sorprendido por la muerte, a la que tiene un miedo horroroso y a la vez muy ridículo. Lo veo raras veces porque estoy demasiado ocupado para verlo a menudo. Pero, para bien de su alma, le obsequio, cada vez que lo encuentro, con la historia de alguna muerte repentina; esto con la intención de inducirlo a volver sinceramente a Dios, que terminará por cansarse de sus resistencias.

Carta a Charles Antoine de Mazenod, el 15 de septiembre 1815, E.O. XV n. 134

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