El hermano Maur era un monje trapense en un monasterio cercano a París. Cuando Napoleón expulsó a los monjes de su monasterio en 1811, el hermano Maur necesitaba ganarse la vida y por eso fue contratado por Eugenio cómo empleado doméstico primero en París y luego en Aix. El hermano Mauro era más que un empleado doméstico, vivía y rezaba con Eugenio y habría dado al joven sacerdote diocesano una valoración de lo que significaba la vida religiosa. Después de la caída de Napoleón, el hermano Maur estuvo en disposición de retornar a su Orden y dejó Aix el 18 de Septiembre de 1815. El día antes de partir, pudo despedirse de los miembros de la Congregación de la Juventud, en cuyas actividades había participado con Eugenio desde el principio:
… en el discurso que hizo al recibirlo el Sr. Director no olvidó hacer notar a los congregantes, ya sus colegas, todas las ventajas que iban a sacar de la comunión de oraciones y de méritos que se establecía entre ellos y este santo religioso que, desde el fondo de su soledad e incluso en el silencio de la noche, velaría en cierto modo por ellos y les obtendría la gracia de la perseverancia, don inapreciable que no se puede merecer y para el cual no se pueden tener demasiados intercesores en el cielo y en la tierra
Diario de la Congregación de la Juventud, el 17 de septiembre 1815, E.O. XVI