Henri Tempier es invitado a observar la situación religiosa de los más pobres de Provenza a través de los ojos del Salvador Crucificado. Es una invitación a sentir desde lo más profundo de su corazón la experiencia de aquellos que no tienen un sentido en sus vidas porque Dios está ausente.
A los pies de la Cruz, símbolo del Salvador que lo sacrificó todo por los demás, él es invitado a sacrificar su propia comodidad para que otros puedan tener vida.
Éste es el significado de oblación: mirar a los más abandonados con los ojos y el corazón del Salvador y responder imitando su entrega para que ellos tengan la plenitud de la vida.
Imponga silencio a la avidez, al amor de las comodidades;
penetraos bien de la situación de los habitantes de nuestras campiñas, del estado de la religión entre ellos, de la apostasía que se propaga cada día más y que hace estragos horrorosos. Ved la debilidad de los medios que se han opuesto hasta el momento a ese diluvio de males;
consultad vuestro corazón sobre lo que desearía hacer para remediar esos desastres y conteste después a mi carta.
Carta a Henri Tempier, el 9 de octubre 1815, E.O. VI n 4