OFRECIÓ SU VIDA A DIOS

Como vimos, el Padre Ricard fue elegido para guiar la primera misión de los Oblatos en los Estados Unidos, pues tenía todas las cualidades requeridas, además de compartir la visión misionera y espiritualidad de Eugenio.

“Para fundar la misión de Oregón, tan lejana y difícil, me hacía falta un “alter ego”. Hacia falta virtud, sentido común, amor a la regularidad, apego verdadero a la Congregación y conformidad de puntos de vista y pensamiento con el jefe de la familia, de quien estaría separado por miles de kilómetros; un hombre abnegado y experimentado, lleno del espíritu de Dios, imbuido de mí espíritu, que actúe como lo haría yo mismo. Sólo el P. Ricard reunía todas estas cualidades”.

Sin embargo, su salud no era la mejor.

“Aunque hubiera sido antes, tenía razones para temer rechazara esa misión; pero en cuanto recibió mi carta, bajó a la cripta de Ntra. Sra. de Lumiéres y ofreció su vida a Dios. Después se despidió de todos y llegó aquí dispuesto a cumplir su misión.

El ánimo y la alegría de sus compañeros afianzaron aun más su propósito”.

Carta al P. Bruno Guigues, en Canadá, Enero 24, 1847, EO I núm. 80

REFLEXIÓN

“En el análisis final, el testigo verdadero es el “mártir”, que entrega su vida por Cristo, reciprocando el don que nos ha dado de sí mismo. La razón principal para evangelizar es el amor que hemos recibido de Jesús, la experiencia de salvación que nos conmina a un amor aun más grande por él”. (Papa Francisco)

Permitamos hoy que nuestras acciones digan más que nuestras palabras.

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