ÁNGELES GUARDIANES DE LOS POBRES

Al analizar todas las obras de caridad en su diócesis, el Obispo Eugenio dirige ahora su atención a los jóvenes generosos que ayudan a los necesitados.  El primer ministerio de Eugenio tras ser ordenado, fue formar a los jóvenes de Aix para hacer exactamente lo que describe a continuación.

“¿Pueden percatarse de todos esos jóvenes de las universidades, abogados, comerciantes y de todas las ocupaciones y de la alta sociedad, que por las tardes se reúnen para hablar entre ellos acerca de Dios y de las necesidades espirituales y corporales de todos los pobres?

Han hablado y contribuido con su ofrecimiento; entonces y cada día ponen en práctica lo acordado en todas nuestras grandes ciudades, sin dejar de visitar a quienes lo necesitan, llevando consuelo al alma o cuerpo que lo requiera.

A través de su generosa ayuda a quienes sufren, les enseñan también a pedir a Dios, a conocerle, a amarle y a servirle; y quien en ocasiones recordara a su Creador solo para blasfemar contra Él, es devuelto a Dios por la misericordia practicada por los virtuosos jóvenes, que dejando el mundo y sus peligrosos placeres, se han convertido, bajo la vigilancia de Dios, en los ángeles guardianes de los pobres”.

Carta Pastoral del Obispo de Mazenod a la Diócesis de Marsella en la Cuaresma de 1847

REFLEXIÓN

“Veo a la iglesia como un hospital de campo tras la batalla.  Es inútil preguntar a un herido grave si tiene colesterol alto o su nivel de azúcar en la sangre.  Lo que hay que hacer es curar sus heridas y después podremos hablar de cualquier otra cosa”.

Papa Francisco