TRABAJADORES TEMPORALES: LIMPIADORES DE CHIMENEAS
Normalmente las casas en la ciudad de Marsella eran edificios de cinco pisos calentados por chimeneas altas, cubiertas de hollín. De la región de Savoy llegaban jóvenes trabajadores temporales para limpiar las chimeneas, conocidos como “Petits Savoyards”. La gente los evitaba porque siempre estaban sucios. El Obispo de Mazenod escribió sobre la respuesta de algunos jóvenes de la diócesis que se ocupaban de las necesidades materiales y espirituales de estos niños pobres.
“Hay también entre estos jóvenes almas de nobles sentimientos, dignos de ver un mejor futuro, que cuidan de los pequeños Savoyards llegados de sus montañas para hallar entre nosotros el pan que los alimente en el invierno.
Además de protegerlos y guiarlos, los instruyen a diario en la fe, dan ayuda a sus necesidades y los preparan para hacer su Primera Comunión de forma digna, para poder continuar su protección, ayuda e instrucción”.
Al principio Eugenio los llevaba a su casa, donde su sobrino les enseñaba el catecismo y los alimentaba. Cuando aumentó el número, fue evidente que era necesario crear una Asociación que cuidara de ellos, por lo que el Obispo Eugenio le dio inicio, encomendando su cuidado a uno de sus sacerdotes. En su Diario vemos referencias del gran consuelo del Obispo siempre que les daba la comunión y la Confirmación.
REFLEXIÓN
Un contemporáneo describe a los limpiadores de chimeneas: “El pobre niño debe resignarse a ser por una o dos horas, torpe, ciego, sordo y casi ahogarse debido al hollín; debe enterrarse vivo, en algo parecido a un sepulcro; debe subir arañando y aferrarse hasta que su compañero en el techo nota la punta de su pequeña nariz enhollinada por encima de la orilla del ducto de la chimenea”. (geriwalton.com/french-chimney-sweep/)
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