NO ESTOY ASUSTADO POR TU PESCA MILAGROSA. CONTINÚA ECHANDO LAS REDES

Dos meses después, algunos Oblatos comenzaron a presionar a Eugenio para frenar la campaña de reclutamiento del Padre Leonard. Se trataba de hombres prácticos que se daban cuenta de la imposibilidad de alimentar, alojar y educarlos.  Eugenio se sentía muy abatido por la oposición y trataba de calmarlos por todos los medios posibles.

Recomendó que en adelante solo se aceptaran seminaristas que hubieran terminado los estudios teológicos.  Al escribir al Padre Vincens, Maestro de Novicios en L’Osier, Eugenio trató de tranquilizarlo y persuadirlo:

“Mi querido Padre Vincens, sí, sin duda, hay motivo para temer al considerar las enormes cargas sobre nosotros. Pero ¿Quién se atreverá a detener los designios misericordiosos de Dios? Su voluntad se manifiesta de forma tan evidente como para no seguirla con confianza ciega. En el momento que llama a nuestra Congregación a extender su celo sobre una inmensidad de países, inspira al mismo tiempo, a un gran número de jóvenes para ofrecerse a realizar sus proyectos y ¡nos negaríamos a aceptar su llamado a obedecer la voluntad de nuestro Maestro! No puedo decidirme a ello, sin importar lo que diga la prudencia humana. Así pues, reciban a todos los que Dios nos envíe. Eso no quiere decir recibirlos sin examen. Por el contrario, dedíquense a discernir bien los motivos que les atraen, valoren sus virtudes y juzguen la suficiencia de su talento”.

Carta al Padre Ambroise Vincens, Agosto 12, 1847, EO X núm. 936

Eugenio escribió al Padre Leonard:

“Sin embargo, te diré lo mismo que al P. Vincens: no comparto su opinión sobre detener tu misión. No estoy asustado por tu pesca milagrosa. Continúa echando las redes. Recordemos a la viuda del tiempo de Eliseo… y nunca decir que es suficiente. Es el momento de la gracia, hay que aprovecharla. ¡Quién sabe lo que podrá ocurrir dentro de tres o cuatro años! Así que, mi querido Padre, cuando los seminarios estén abiertos, continuarás tus peregrinaciones; irás a los lugares donde no has estado y según  convenga, volverás a donde creas útil. Se te ha confiado una gran misión y hay que cumplirla”.

Carta al P. Leonard Baveux, Agosto 15, 1847, EO X núm. 938

REFLEXIÒN

«Si tienes pasión, no es necesario dar excusas, pues tu entusiasmo superará cualquier razonamiento negativo que puedas tener. El entusiasmo anula las excusas».

Wayne Dyer

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