La cercanía de Eugenio a Dios era tal que ponía sus decisiones administrativas más importantes en las manos y guía de Dios. Esto es evidente al escribir al P. Guigues acerca de su nombramiento episcopal para Bytown:
“He dejado el asunto en manos de Dios, queriendo hacer únicamente su voluntad. Estoy completamente tranquilo, he cumplido mi deber en todo ello; Dios lo sabe y toda la Congregación podrá convencerse cuando vea los resultados. Al llegar el momento tendrás que probar que nuestros Padres se equivocaron en sus temores sobre tu episcopado, inspirados por su afecto a la Congregación, y por ti solo sentiré no poder imponerte las manos, pero la distancia es un obstáculo insalvable”.
Carta al P. Bruno Guigues en Canadá, Enero 24, 1847, EO I núm. 80
REFLEXIÓN
San Vicente de Paul también tuvo influencia en Eugenio:
«La Divina Providencia nunca desea que las cosas se realicen por su mandato. Aunque el mundo entero se levantara y nos destruyera, nada podría suceder, si no complaciera a Dios. Mientras los hombres menos se inmiscuyen en los asuntos, más está Dios”. (San Vicente de Paul)