EUGENIO, SUPERIOR GENERAL DE UNA CONGREGACIÓN MISIONERA MUNDIAL
© Laurent Girard / Studio Mazenod (2011) – Tableau du Jean-Jacques Martin
1818: el sueño de Eugenio de no tener horizontes para predicar el Evangelio al mundo entero:
Y aunque, por razón de su escaso número actual y de las necesidades más apremiantes
de los pueblos que les rodean,
tengan que limitar de momento su celo a los pobres de nuestros campos,
su ambición debe abarcar, en sus santos deseos, la inmensa extensión de la tierra entera.
Regla de 1818
1841: Primeros oblatos enviados a evangelizar fuera de Francia: a Canadá y a las Islas Británicas e Irlanda.
Las misiones extranjeras comparadas con nuestras misiones de Europa tienen un carácter propio de un orden superior ya que es el verdadero apostolado para anunciar la Buena Noticia a las naciones que aún no habían sido llamadas al conocimiento del verdadero Dios y de su hijo Jesucristo Nuestro Señor…
Es la misión de los Apóstoles: euntes, docete omnes gentes! Es necesario que esta enseñanza de la verdad llegue a las naciones más alejadas para que sean regeneradas en las aguas del bautismo. Vosotros sois de aquellos a los que Jesucristo dirigió esas palabras confiándoos su misión como a los Apóstoles que fueron enviados para convertir a nuestros padres. Bajo este punto de vista que es verdadero, no hay nada por encima de vuestro ministerio y el de nuestros otros Padres que se agotan en las regiones glaciales por descubrir a las personas a quienes tienen que salvar.
Carta a Pascal Ricard, el 6 de diciembre 1851, E.O. II n 157