QUE LA SANTÍSIMA E INMACULADA VIRGEN MARÍA, NUESTRA MADRE AMOROSA, LES GUARDE SIEMPRE BAJO SU PROTECCIÓN
Siempre que Eugenio, como Superior General enviaba Oblatos a las misiones fuera de Francia, los encomendaba a la protección de María Inmaculada. Aquí vemos solo dos ejemplos.
Al enviar al Padre Semeria y la primera comunidad a Ceylán:
“Ve ahora, querido hijo, a la obra que te ha sido confiada así como a los que hemos elegido para ser tus asociados en esas regiones extremas de Asia, para la mayor gloria de Dios, que se promoverá allí y en todas partes.
Que la Santísima e Inmaculada Virgen María, nuestra Madre amorosa, les guarde siempre bajo su protección. Que los ángeles de Dios les asistan; y en cuanto a nosotros, hijo amado en Cristo, no dejamos de implorar del cielo una abundante lluvia de de gracias para ti…”.
Acta de Nombramiento del P. Etienne Semeria a Ceylán, Octubre 24, 1847, EO IV n 1 (Ceylán)
En 1851 Eugenio envió a Henri Tempier en una importante y delicada misión al visitar a los Oblatos y evaluar su vida religiosa y misionera en Canadá. Este es el deseo en su encomienda:
“Ve pues, en nombre del Señor, amado hijo, hacia esta parte de nuestra familia que está separada de nosotros por una distancia tan grande, y a la que, acompañándola con todo el afecto de mi corazón, tengo constantemente presente e íntimamente unida a mí. Cumple fielmente por su bien el ministerio que te ha sido encomendado. Que la Santísima e Inmaculada Virgen María, nuestra queridísima Madre, te guarde permanentemente bajo su protección; que el Ángel de Dios te sea propicio también en tu ida y vuelta; durante este tiempo, no dejaremos de pedir al cielo una abundante lluvia de gracias para ti…”
Carta a Henri Tempier en ruta a Canadá, Mayo 1°, 1851, EO II n 145
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