TODO TIENE UN PRINCIPIO

El Obispo de Ajaccio, Córcega, no estaba contento con que Eugenio hubiera enviado al P. Berne, de 26 años, para ser profesor de teología en el Seminario Mayor.  Eugenio le escribió al joven Oblato para tranquilizarlo.

No te preocupes. Todo tiene un principio, y cuando se tiene la instrucción, la prudencia, la reserva y la modestia que tienes, nadie te discutirá; además de la dulzura y otras cualidades que te conozco. No hay que preocuparse por las decisiones tomadas, ni por la responsabilidad asumida.
 
Los comentarios de Mons. de Ajaccio son una de esas groserías que se perdonan a quienes no han recibido una educación brillante y antes de permitírselos, habría sido mejor informarse sobre quién eres. Me obliga a decirle, que le deseo y a todos sus semejantes, hombres como tú para directores del seminario…
 
Responde, mi querido hijo, a los comentarios de hombres superficiales, esforzándote más en todas tus tareas. Pide por mí y recibe mi bendición paternal, desde mi corazón…
Carta al P. Berne, en Ajaccio, Noviembre 25, 1849, EO X núm. 1027

REFLEXIÓN

«Nunca desprecies los comienzos modestos y no menosprecies tus logros.  Recuérdalos y úsalos como inspiración en el futuro”.   (C. Guillebeau)

Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *