Esta entrada en el Diario nos da una clara idea de la capacidad de trabajo de Eugenio: era Superior General de los Oblatos en 4 continentes, Obispo de la segunda diócesis más grande de Francia, manejaba asuntos con las oficinas del Vaticano, y participaba en asuntos políticos respecto al Papa, que estaba exiliado en Gaeta, fuera de Roma. No le era posible ya resumir todas las cartas en su diario.
“Ya no citaré mi correspondencia. Ha aumentado mucho y es realmente abrumador. ¿Cómo es posible que yo solo pueda estar al corriente con nuestras casas en Francia, en Inglaterra, las misiones en Canadá y el resto de América, así como Argelia y Ceylán? ¡Es demasiado para uno solo! ¡Y, además, los obispos, Roma, Gaeta y ahora Nápoles, aparte de los asuntos de mi diócesis!”.
Diario de Eugenio de Mazenod, Octubre 21, 1849, EO XXII.
REFLEXIÓN
«Muchos nos sentimos estresados y abrumados, no porque estemos abarcando demasiado, sino por no tener suficiente de lo que nos fortalece”. (M. Buckingham)
El secreto para que Eugenio pudiera sacar adelante sus responsabilidades abrumadoras, era su relación existencial y llena de vida con Jesucristo.