EL FRACASO NO ES FATAL:  LO QUE CUENTA ES EL VALOR PARA CONTINUAR

“Ordenación en mi capilla del hermano Richard Moloney. Lo hice subdiácono para ordenarlo diácono en el sábado Sitientes y sacerdote el lunes de Pascua. Es uno de los tres destinados a la misión de Buffalo.”

Diario de Eugenio de Mazenod, Febrero 22, 1850, EO XXII

Los primeros tres Oblatos enviados a Buffalo tenían 25 años, acababan de terminar sus estudios y de ser ordenados. Pierre Amisse era el superior, acompañado por Richard Moloney y Francois Xavier Pourrat.  A su llegada, no pudieron hacerse cargo de la iglesia que se les había prometido, pues el pastor rehusó irse.  Estaban desanimados y también se dieron cuenta de que necesitaban tener mayor fluidez en inglés para poder seguir.  Después de 15 días los tres jóvenes salieron a Montreal.  Pasaría un año antes de que llegara una comunidad de Oblatos para permanecer en el lugar y desde entonces, siguen en Buffalo.

REFLEXIÓN

“El éxito no es definitivo, el fracaso no es fatal: lo que cuenta es el valor para continuar”.
(Winston Churchill.)

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