Las misiones Oblatas se extendían en Canadá, según vemos en este reporte que Eugenio envió a Roma, al Cardenal Fransoni, Prefecto de la Sociedad para la Propagación de la Fe.
“En Canadá, hay dos comunidades en la diócesis de Montreal para las misiones urbanas y rurales; una comunidad en el Saguenay, diócesis de Québec, para las misiones entre los colonos y los nativos, se puede decir al servicio completo de la diócesis de Bytown, donde los Oblatos de María Inmaculada tienen un noviciado, se aseguran del buen funcionamiento del seminario; van a las misiones de los nativos del Abitibi y del Temiscamingue y evangelizan grupos de centenares de hombres que viven gran parte del año talando árboles en los bosques; no había muchos cristianos, lo que ha cambiado desde que los Oblatos los visitan a pesar de mucho sufrimiento y fatiga. Además, la Congregación de los Oblatos atiende casi por completo el vicariato de San Bonifacio en el Río Rojo y llegan aún hasta la isla de la Crosse y hacia la Bahía de Hudson”.
Carta al Cardenal Fransoni, Prefecto de la Sociedad para la Propagación de la Fe, Julio 25, 1850 EO V, núm. 16
REFLEXIÓN
«El valor no es la ausencia del temor, sino más bien de juzgar que algo es más importante que temer”. (Ambrose Redmoon)