Eugenio tenía grandes sueños para el éxito misionero de los Oblatos en Ceilán, y estaba impaciente por ver resultados.
“Intentaré enviarles dos misioneros, aunque esté menos dispuesto en favor de su misión de Ceilán. No me consta que hagan mucho, y es además por la fuerza. Busco en vano en las cartas cuáles son sus tareas, hasta ahora no me han mencionado ninguna conversión, y francamente solo he aceptado enviar misioneros a Ceilán con la esperanza de verlos dedicados a la conversión de las almas.
Para otros misioneros que busquen el sustento, es bueno ganarlo trabajando en parroquias, pero nuestros Oblatos están llamados a otro ministerio. Les ruego decirme detalladamente todo cuanto se refiere a ustedes, ya sea en lo espiritual o en lo temporal”.
Carta al P. Étienne Semeria en Jaffna. Enero 17, 1850, EO IV núm. 14
Le pidieron a Eugenio ser paciente, pues los Oblatos debían aprender los idiomas, y más importante, la cultura y forma de pensar de la gente, que era muy diferente a la de Europa y Norteamérica.
REFLEXIÓN
“Toda vida se compone de errores y aprendizaje, espera y crecimiento, de practicar la paciencia y ser persistente”. (Billy Graham)