Hacer evidente que lo que enseñamos nos invade y que hemos comenzado a practicarlo antes de intentar enseñarlo a los demás.
Regla de 1818 Parte 1, Capítulo 3, §1
Lo que Eugenio predicaba era fruto de su propia experiencia íntima con Dios y su conocimiento de Cristo Salvador, se vuelve claro en la descripción que Marius Suzanne nos da de la predicación de Eugenio del domingo de Ramos:
Se expresó con tanta fuerza y elocuencia, puso en boca del Salvador un discurso tan lleno de dulzura y amabilidad.
M. SUZANNE, Quelques lettres sur la mission d’Aix, p. 11-12.