MISIONES POPULARES: LA IMPORTANCIA DEL ESTUDIO A FIN DE BIEN PREDICAR

El misionero como instrumento de Jesucristo Salvador, debe rezar pero también debe estudiar. Desde la primera Regla establecida en 1816, la principal fue establecida como una parte de la vida de los misioneros siendo destinada a pasar al ministerio activo, mientras que la otra parte tenía que ser utilizada en el estudio y rezo en su comunidad. Fue un valor que Eugenio recordó constantemente a sus misioneros:

No os dejéis llevar más allá de vuestras fuerzas en el trabajo que os abrumará bien pronto. Nunca hay que querer hacer más de lo que Dios permite. Arreglad todas las cosas con prudencia; pero sobre todo, reservaos siempre tiempo para dedicarlo al estudio y a vuestra santificación personal en el interior de vuestra casa; eso es necesario. .

Carta a Jean-Baptiste Honorat, el 26 de marzo 1842, E.O. I n. 10.

Y:

Alimentaos con buenas lecturas para perfeccionar vuestro gusto y consolidar vuestro juicio. No miréis tanto a lo brillante cuanto a lo sólido, lo que es comprendido por todos en vuestro auditorio, lo que instruye y hace las conversiones durables. Es un consejo que no es tanto personal para vosotros sino que yo doy a todos para el mayor bien.

Carta a Marc L’Hermitte, el 17 de agosto 1852, E.O. XI n. 1112

 

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