La importancia de predicar condujo a Eugenio a exigir de sus Oblatos en cuanto a sus métodos de predicación. En la regla, él insistió que el superior no permitiera que los misioneros predicaran hasta que ellos hubieran escrito y hubieran estudiado los sermones que predicarían y que habían sido examinados por dos sacerdotes nombrados por el superior. A menudo él insistió a cada misionero de preparar un conjunto completo de sermones y de instrucciones:
Que el más joven de vosotros se dedique a la composición de cierto número de sermones.
Os prescribo que lo exijáis. El P. Telmon tendrá la complacencia de dirigir y corregir esas composiciones, es un deber tanto de caridad como de obediencia. No hará mal él mismo en aumentar su propio capital. Que piense que llegará un tiempo en que la imaginación se enfriará y entonces estará contento.de encontrar en sus cuadernos la inspiración de sus años de juventud…
No descansaré hasta que vea a todos nuestros misioneros que han de anunciar la palabra de Dios con un conjunto completo de sermones y de instrucciones para retiros y para misiones. Velad sobre ese punto esencial para el éxito de vuestro ministerio
Carta a Jean-Baptiste Honorat, el 26 de marzo 1842, E.O. I n. 10.