MISIONES POPULARES: PREPARATIVOS PARA EL CIERRE DE LA MISIÓN

La misión finalizó con una ceremonia en la que se erigió una Cruz en un lugar prominente de la ciudad como recordatorio de la misión – y como un incentivo para prolongar sus efectos.

Desde el comienzo de la misión, el pastor local, los misioneros y el municipio negociaron el lugar donde la cruz iba a ser levantada.

El Alcalde que, informado de que los misioneros querían ir a verlo, había acudido desde la mañana a la casa rectoral, vino a tomarnos a la una para ir a escoger el lugar que más nos convendría para la cruz de la misión.

Diario de la misión de Marignane, el 4 de diciembre 1816, E.O. XVI

Los habitantes del pueblo recaudaron dinero para su cruz y se responsabilizaron de su construcción. Tuvieron mucho cuidado en hacer la cruz, y tenía que pasar la aprobación de los misioneros:

Buena lección para no dirigirse ya en adelante a los cerrajeros del pueblo para hacer las cruces de misión. La que el párroco había encargado se encontró tan enorme, tan desproporcionada, tan atroz en una palabra, que nos hemos visto obligados a dejársela al obrero y a encargar inmediatamente otra, que acaso no resulte mejor

Diario de la misión de Marignane, el 5 de diciembre 1816, E.O. XVI

En Aix y Marsella los dos grandes crucifijos existen todavía. En lugares más pequeños como Barjols eran más simples y hechos de hierro forjado o de madera.

Esta entrada ha sido publicada en diario y etiquetada como , . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *