MISIONES POPULARES: LA “CONVERSIÓN” DEL ALCALDE

El Alcalde de Marignane se había mostrado frío ante la llegada de los Misioneros. Sin embargo se mostraba más afectuoso a medida que la misión avanzaba y Eugenio pudo notar cómo se acercó al final de la misión:

Ya que estamos en el tema del Alcalde, notamos que no falta a una sola instrucción de la tarde, y que es sumamente cortés y atento con los misioneros a quienes ha llamado los embajadores de Jesucristo en una disposición que ha emitido con el fin de mandar cerrar las tabernas el domingo en que se haga la plantación de la cruz.

Diario de la misión de Marignane, el 14 de diciembre 1816, E.O. XVI

Uno espera que este cambio en el corazón del Alcalde fuera realmente una conversión, y no sólo un interés egoísta, como nos sugiere este fragmento del Diario:

Después del almuerzo, invitación del Alcalde para ir a ver los preparativos que se hacen para despejar, rellenar y enarenar la plaza donde debe ser plantada la cruz. Es algo llamativo, treinta carretas y doscientas personas se hallaban ocupadas en la obra. El Alcalde, al frente de los obreros, ejerce una actividad que sería edificante si ese emplazamiento no hubiese estado precedentemente destinado por él a ser el más bonito paseo del pueblo. La ocasión de la plantación de la cruz despertó su celo que se encontró acorde con sus intenciones, lo cual contribuyó no poco a acelerar la tarea. Por lo demás, se debe a su petición que la cruz sea plantada en la extremidad de esa plaza de la que quiere hacer un hermoso paseo..

Diario de la misión de Marignane, el 14 de diciembre 1816, E.O. XVI

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