ME MATA EL PENSAR QUE TENGO QUE HACER EN EL DÍA VEINTE COSAS MÁS DE LAS QUE PUEDO

 

Además de una actividad incesante, Eugenio era responsable de cuidar la infancia del grupo de Misioneros. La identidad del grupo estaba en formación. La metodología y metas de sus actividades misioneras eran resueltas al responder a nuevas circunstancias. La llegada de los primeros novicios forzó al grupo a definir sus valores y espíritu, para poder transmitirlos a los nuevos miembros. La Joven Congregación se encontraba en auge, requiriendo más atención. Las críticas de algunos de los párrocos de Aix incrementaron sus preocupaciones, comenzando a afectar su salud:

Si te dijera lo que habitualmente tengo que hacer, te asustarías. Y lo que me mata es que el pensar que tengo que hacer en el día veinte cosas más de las que puedo, me produce en todas mis acciones una agitación interior involuntaria, que me requema la sangre. Creo que esa es una de las causas principales de la alteración de mi salud. Figúrate que me veo reducido a tomar salep. Pero estoy hablando demasiado de mi miserable persona…

Carta a Forbin Janson, julio-agosto 1816, E.O. XV n 138 y VI n 13

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