Eventualmente el cuerpo de Eugenio no pudo soportar más la presión y fue forzado a ir a descansar. El voto de obediencia hecho a Henri Tempier habría sido utilizado sin duda para forzarlo a hacer esta pausa y se refleja en la carta que dirige a la comunidad.
A mis queridos hermanos misioneros, Aix.
Desde el lugar de mi exilio, julio de 1816
Eugenio pasó las últimas semanas de julio y parte de agosto en la casa de su primo, Emile Dedons, Marqués de Pierrefeu, en la ribera del río Huveaune, en las afueras de Marsella.
A orillas del Huveaune, me entristezco acordándome de nuestra querida misión. ¿Lo habéis pensado bien, mis buenos hermanos, al haberme echado tan cruelmente? Estoy aquí como pez fuera del agua; mi único consuelo es el de seguiros en vuestros piadosos ejercicios. Les soy más fiel que cuando estaba en medio de vosotros
Salió de prisa, lo que denota que su problema de salud debe haber sido serio:
Ruego a nuestro hermano Maunier me perdone si a nuestra salida no me despedí de él; no fue del todo culpa mía; mi huida fué tan precipitada que no tuve el tiempo de hacer nada de cuanto hubiese querido hacer, si Dios me oye, no habrá mayores santos sacerdotes que vosotros, mis queridos hermanos, que amo tiernamente en el Señor, nuestro común amor.
Carta a “mis queridos hermanos misioneros, Aix, julio-agosto 1816, E.O. VI n 12