USTED ES EL PÁRROCO NÚMERO VEINTIDÓS QUE NOS LLAMA

El pequeño grupo de Misioneros concluyó su primer año de vida con una tercer misión al final de 1816 – fue en Marignane y he utilizado ampliamente el Diario que Eugenio llevó durante esta misión. Las solicitudes de misiones parroquiales seguían llegando. He aquí la respuesta de Eugenio a un párroco que le había solicitado una misión en 1816.

Es muy duro para mí, que me he consagrado al ministerio de las misiones para ayudar a los buenos pastores que desean hacer volver a sus pueblos a una vida religiosa que 25 años de revolución le han hecho abandonar, no poder responder más que con buenos deseos y promesas lejanas a las peticiones que me dirigen.
Es un tormento que se renueva a diario, pero ¡cómo hacer!, sólo somos cuatro pobres misioneros y Ud. es el párroco número veintidós que nos llama. Ambicionaría poder reunir los suficientes misioneros para combatir al infierno en todos los frentes al mismo tiempo, pero es una piadosa quimera que nunca se realizará. Si por lo menos pudiéramos hacer fuegos móviles, es decir, que pudiéramos ser dos grupos, de los cuales uno descansaría y el otro actuaría, haríamos entonces, con la ayuda de Dios, bastante tarea.
Si Dios quiere lo lograremos, pero eso será cuando el Señor haya inspirado a algunos sujetos el celo y el desprendimiento necesarios para cumplir dignamente nuestro santo ministerio e infunda a los superiores eclesiásticos el suficiente valor para permitirles seguir su vocación.
Mientras tanto, estoy en la imposibilidad de dar satisfacción a la cuarta parte de las peticiones que me hacen y ésta es, tal vez, entre todas mis penas y contrariedades, la que más siento.
No desespero, sin embargo, de poder acudir algún día a secundar su celo y tomar parte en su solicitud pastoral, pero no podrá ser este año que está todo él ocupado. Pondré también en la lista la parroquia de Mouries cuando el párroco me haya dado a conocer sus intenciones

Carta a M. Arquier, Cura de Saint-Remy, el 25 de deciembre 1816, E.O. XIII n 4

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