PREPARÁNDOSE PARA UTILIZAR NUEVOS MÉTODOS EN AIX

Al abordar los problemas entre el joven Padre de Mazenod y algunos de los sacerdotes en Aix, no pretendo dar la impresión de que los acerdotes fueran malas personas. Eran víctimas de la situación en una iglesia que se encontraba de cabeza debido a la Revolución, tratando de encontrar un sentido de sobrevivencia. Los sacerdotes habían sido asesinados o escapado a otros países. Quienes se quedaron se adaptaron al sistema o se ocultaron. Los seminarios fueron cerrados y no había oportunidad de tener una formación continua. En el mundo post-revolucionario muchos eran viejos, se encontraban cansados o aferrados a su comportamiento tradicional, sintiéndose amenazados por los jóvenes sacerdotes con nuevas ideas para regenerar los métodos pastorales y los objetivos de las iglesias locales. También sufrían por el hecho de que el nuevo enfoque atrajera mucha gente.

Al escribir a su madre, como seminarista en St. Sulpice, Eugenio narra los nuevos métodos que está aprendiendo, para poder implementarlos en Aix después de su ordenación sacerdotal:

No podré escribirle tan largamente como lo deseara, porque mañana inicio una nueva función que me va a dar trabajo. Tenemos en San Sulpicio seis y hasta siete catequesis, que van maravillosamente y que funcionan admirablemente. No se limitan a enseñar a los chicos la letra, se les hacen asiduamente instrucciones para inculcarles el espíritu de la religión, y se intenta que en esas instrucciones los chicos sean interlocutores.
Ese método es excelente, en primer lugar para los chicos que se ven obligados a reflexionar para encontrar ellos mismos unas respuestas exactas, sin hablar de las demás ventajas que sacan de ello. Es también muy útil para los catequistas porque les obliga a componer unas instrucciones familiares sobre todos los puntos de la religión…
Hay que interesar a los niños con toda clase de cosas. Tendré en mi catecismo, gran número de jóvenes, que no han hecho todavía su primera comunión. No me disgusta emprender eso, porque, Dios mediante, no haremos un mal trabajo. Sin duda es preciso que hagan su primera comunión, pero lo es mucho más todavía que la hagan bien…
Emprendo con tanto más gusto esa obra, establecida hace 150 años, con éxito extraordinario, porque quiero conocer a fondo las maneras de proceder, estatutos, etc, para establecerla en Aix donde los catecismos van muy mal y por esa razón no persevera ningún niño después de su primera comunión, mientras que aquí es todo lo contrario.

Carta a su madre, el 4 de febrero 1809, E.O. XIV n.44

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