A pesar de que los congregantes tenían la celebración de primera comunión en su capilla, Eugenio se aseguraba que el joven estuviera tanto como fuera posible en su parroquia – hasta el punto de invitar a su párroco a la ceremonia. Por ejemplo:
Estando a punto de partir, el Sr. Henrigues de Montvert mostró el deseo de hacer la primera comunión en el seno de la Congregación. El Sr. Director se prestó a ello con gusto tanto más cuanto que vio en él las disposiciones para hacer bien esa gran acción. Por tanto puso todo su cuidado para que se preparara dignamente. Se pidió al Sr. Párroco de la Magdalena que fuera a la capilla de la Congregación para celebrar los santos Misterios y dar la primera comunión al Sr. Henrigues. Esta ceremonia se celebró hoy a las 8 de la mañana con toda la pompa que exigía la circunstancia. Los Sres. Congregantes se trasladaron por la tarde a la parroquia de la Magdalena donde acudió Henrigues para renovar sus promesas bautismales que el Párroco recibió junto a la pila bautismal. Luego todos juntos imploraron la asistencia y protección de la Santísima Virgen cantando ante su altar las letanías y el Sub tuum praesidium.
Diario de la Congregación de la Juventud, el 9 de marzo 1815, E.O. XVI
En forma similar, las autoridades diocesanas eran invitadas a participar. La calidad de respuesta de los congregantes era evidente y podemos apreciar porqué Eugenio hizo un gran esfuerzo para mantener su fervor:
El Sr. abate Guigou vicario general capitular vino a celebrar los santos Misterios en la capilla de la Congregación. El Sr. Director le había invitado a venir para dar la primera comunión al Sr. Chappuis, congregante celoso que tuvo la suerte y la habilidad de hacer valer algunas razones especiosas que determinaron a los superiores a no esperar el tiempo de la primera comunión general. La preparación aportada por el Sr. Chappuis para esa gran acción permitió al Sr. Director congratularse por el éxito de sus gestiones que le habían sido inspiradas sobre todo por el vivo deseo de unirse cuanto antes a nuestro amado Salvador […]
Diario de la Congregación de la Juventud, el 2 de abril 1815, E.O. XVI