Después de Dios, era la familia religiosa de los Misioneros a los que pertenecía el centro más importante de su vida. Habiendo pasado seis semanas en París, Eugenio sintió la separación con más agudeza aún:
¿No sabe que me considero como exiliado en París, que no puedo vivir separado de mi querida familia, y que mi único consuelo es el entretenerme con Vd. y con vosotros todos?.…
Mientras, en París, Eugenio había recibido muchas ofertas de cargos eclesiásticos, incluyendo un nombramiento que le hubiera llevado a llegar a ser obispo de Chartres. Estos ofrecimientos son los que el mundo considera como una “buena fortuna”, pero no Eugenio:
Y se desea separarme bajo pretexto de un mayor bien. ¡Ah!, no he dudado en sacrificar a la dicha de vivir con ella lo que en el mundo se llamaría la fortuna; me estimo feliz, por el contrario, de poder darme este testimonio, de haber sabido apreciarla, prefiriendo esta familia de predilección a todo cuanto el mundo puede ofrecer …
Carta a Henri Tempier, el 22 de agosto 1817, E.O. VI n. 21
Ese mismo día, repite el mismo sentimiento en una carta dirigida a toda la comunidad. Su corazón está en llevar a cabo, con su familia Misionera, un ministerio dedicado a los conciudadanos de Provenza:
¿Está probado ahora que os quiero por encima de todo, mis queridos amigos de mi ciudad natal?
No, nada ha podido seducirme, os he sacrificado lo que el mundo llamaría su fortuna y estoy encantado. No hablo de dos
grandes vicariatos de Provincia, que no vale la pena de ser contado y ser puesto en paralelo con nuestra santa misión y nuestra querida Congregación, pero es algo más. Y ¿cómo consentir vivir a doscientas leguas de lo que se tiene como lo más querido del mundo? No he tenido la fuerza de aceptar esa propuesta.
Esa negativa hal parecido sorprender, no ha disgustado sin embargo, porque han respetado el motivo. Tanto es así que tendré la dicha de vivir en medio de todo cuanto amo. Pidamos a Dios que sea siempre para su mayor gloria y para nuestra salvación.
Nunca me pesará lo que acabo de hacer, porque he creído deber poner más interés en el bien espiritual de mis conciudadanos, que por mi fortuna, ya que hay que utilizar ese término. .
A los misioneros de Provenza. Aix, el 22 de agosto 1817, E.O. VI n. 22
Muy actual la refección en este momento de llamado a la conversión…
Aprovecho para pedir ayuda… estoy buscando un texto de Eugenio donde afirma que «no nunca tuvo miedo del infierno» o algo parecido… Recuerdo haberlo leído en una carta o en unas paginas de su diario… Lo busco para presentarlo como ejemplo de como seguir a Dios por Amor y no por miedo…
Gracias
Utilizando la palabra «infierno» en la búsqueda («search») encontraras el texto. Es del 10 de diciembre 2010 (Notas de retiro, diciembre 1811, E.O. XIV n. 95).
Frank