Eugenio hace eco a las palabras de Jesús, “Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón” (Mateo 6:21). Movido por las críticas de algunos de los pastores de Aix , de que todo lo que buscaba eran honores en la Iglesia, continúa hablando sobre las elecciones en su vida:
Cuando se prefiere la eternidad al tiempo,
la pobreza a las riquezas,
el trabajo al reposo,
cuando se hace más caso de la santificación de un alma que de todos los reinos de la tierra,
se vuelve con alegría a una comunidad en la que reina la paz, la unión y toda clase de virtudes,
y no se echa de menos la casa de los príncipes, las canonjías, los grandes vicariatos, etc. y se lamenta tan poco dejar todas esas cosas, como protesto haberlo hecho, sin esfuerzos, sin pena; por el contrario con alegría, con satisfacción…
Carta a Henri Tempier, el 24 de noviembre 1817, E.O. VI n. 30.
En mi opinión, el dicho asiático de Lao-tzu lo resume: “Es rico aquel que sabe que tiene suficiente.”