Antes del comienzo de su aventura con los jóvenes de Aix, Eugenio había escrito a su director espiritual el padre Duclaux, pidiéndole consejo sobre sus planes de reunir a la gente joven los domingos y de este modo instruirles. La respuesta de Duclaux el 23 de febrero de 1813, fue animarle de un modo incondicional:
Este es todavía el trabajo de los trabajos: ofrece todos tus esfuerzos, despliega todo tu celo para formarles bien. Ofréceles pautas para orientarse.
REY, Histoire I, p. 151-152
Eugenio siguió este consejo al pie de la letra y dos meses después le informó de que los domingos por la tarde estaba dando a los jóvenes una
pequeña instrucción muy sencilla, a modo de conversación, que Dios se cuida de condimentar, y es todo .
Carta a C Forbin Janson, el 9 de abril de 1813, E.O. XV n. 116
El primer encuentro oficial del grupo tuvo lugar el domingo 25 de abril de 1813 con siete participantes.
El investigador oblato, Jozef Pierlorz, describe el crecimiento de este grupo:
Gracias a la fuerte personalidad del fundador y a su particular talento para atraer a la gente joven la asociación de la juventud creció más allá de cualquier expectativa:
Hacia el final de 1813 eran 23 miembros;
Hacia el final de 1814 llegaron a ser 60;
Al final de 1815 hasta 120.
Al final de 1816, 200.
Hasta alcanzar cerca de 300 miembros en 1817.
En este tiempo fue, además, una de las más florecientes congregaciones de jóvenes en Francia.
PIELORZ, J., “Les rapports du Fondateur avec les curés d’Aix (1813-1826),”
in Études Oblates 19 (1960), p. 159.
«Los jóvenes necesitan modelos, no críticos» (John Wooden)