En su primera versión de los Estatutos de la Congrégation de la Jeunesse Chrétienne escrita en 1813, Eugenio definió su principal propósito en la ciudad de Aix:
El fin principal de esta asociación es formar, en la ciudad,
un cuerpo de jóvenes muy piadosos que,
con sus ejemplos, consejos y oraciones, contribuyan a frenar la licencia y la apostasía general que hace a diario tan rápidos y espantosos progresos,
al mismo tiempo que trabajen muy eficazmente en la propia santificación
“Règlements et Statuts de la Congrégation de la Jeunesse chrétienne établie a Aix par l’Abbé de Mazenod au commencement de l’année 1813. Premier Règlement,” in Missions 145 (1899), p. 19.
Ellos llegarían a ser una célula viva y unida que influiría en sus compañeros de la ciudad, quienes no tenían establecida una clara escala de creencias en sus vidas, viviéndolas sin tener presente a Dios. Era evidente que los miembros de la Congregación de la Juventud tenían que estar ellos mismos en relación con Dios y tener un sentido en sus vidas, antes de poder compartir todo esto con los demás.
Los principales medios que iban a usar para influir entre las gente de sus edad eran tres:
Un estilo de vida que fuera atractivo y significativo para los demás.
Capacidad para escuchar a los de su edad y compartir consejos y asistencia.
Una vida vivida en relación con Dios.
«Si la juventud es una estación de esperanza, a menudo es solo en el sentido de que nuestros mayores son esperanza para nosotros».(Anónimo).