La Regla de Vida de 1813 para la Congregación de la Juventud estaba dividida en 4 secciones. La primera sección se centraba sobre Jesucristo en sus vidas. La segunda sección era sobre cómo vivir esta relación:
La primera condición que Dios exige de nosotros para ser verdaderamente sus discípulos y tener parte en su reino eterno, teniendo que seguir con fidelidad los mandamientos que nos ha prescrito por su ley santa, los asociados se harán un deber, no solamente creer, lo que no basta para ser justificado, sino también practicar con exactitud, todo lo que la ley de Nuestro Señor Jesucristo ordena creer y practicar..
Règlements et Statuts de la Congrégation de la Jeunesse, 1813, p. 19 -20
El peligro aquí podía ser que la ley fuera impuesta desde arriba para ser ciegamente recibida y obedecida. En sus relaciones con los jóvenes de Aix tengo la impresión de que «la ley de Nuestro Señor Jesucristo» fue más bien un valor aprendido a través de sus actividades. Veremos más tarde, en la Regla, cómo esto era realizado a través de juegos, de relaciones, de catequesis y de oraciones.
En la carta de 1809 a su madre sobre sus métodos de catequesis en el seminario de París incide en esta dirección:
A ese propósito, tengo que pedir a Emile [ed. Dedons, su primo en Aix] haga para mi un trabajo inmenso : copiar en el catecismo de Aix, el título de las historias señaladas al final de cada capítulo; que me las escriba en una hoja de papel con letra pequeña, del modo siguiente, por ejemplo : Bautismo, historia de…; Orgullo : historia de… , y así para todos los capítulos, empezando por el primero. Que me mande ese trabajo poco a poco, a medida que lo vaya haciendo. Si veo que no me va a ser muy útil, suspenderé su trabajo; pero me parece que la cita de esas historias me será muy útil para encontrar fácilmente y aplicar a punto las historias de las que quiero sembrar mis instrucciones para hacerlas más interesantes.
Hay que interesar a los niños con toda clase de cosas. .
Carta a su madre, el 4 de febrero de 1809, E.O. XVI n. 44
Les enseñó muchas cosas en parábolas y el curso de sus enseñanzas les dijo «¡escuchad! Imaginad a un sembrador que salió a sembrar…» (Marcos 4, 2-3).