Al poco tiempo de empezar su trabajo sobre la juventud, Eugenio se dio cuenta de que necesitaba una Regla de vida:
Como la Asociación se limpiaba de todos los sujetos dudosos y el fervor seguía manifestándose cada día más, el Director juzgó oportuno redactar un reglamento que abarcara todos los deberes que debían cumplir como cristianos y como congregantes y que les proveyera los medios para mantenerse en la piedad, estudiar como se debe, en una palabra, para obtener la salvación en medio de todos los peligros que los rodean por todas partes.
Diario de la Congregación de Juventud, el 2 de Febrero 1814, E.O. XVI
Como la Congregación de Juventud crecía en número y en actividades, fue necesario para Eugenio producir una versión más detallada de las Reglas en algún momento entre 1816 y 1818, a los que hacía referencia como los “Estatutos”. Esto muestra que este grupo de juventud no era un intento informal de mantener a los jóvenes ocupados dentro de un ambiente de iglesia, sino una asociación seria cuyo propósito era alcanzar una vida plena.
De sus miembros se requería un alto nivel de compromiso con sus ideales y de obediencia a sus reglas. Las reglas exponían clara y minuciosamente cómo iban a hacerse las cosas a la luz de los valores del Evangelio.
“En la juventud, aprendemos; en la vejez, entendemos” Marie von Ebner-Eschenbach