Eugenio no intentaba hacer de sus jóvenes alguna forma de monjes incorpóreos. Por el contrario, compartía con ellos lo que para él era un tesoro: una actitud positiva relacionada con Dios, que los guiara a una vida plena en sus actividades cotidianas.
Art. 38. Pero esa oración no debe ser pasajera y momentánea, tiene que ser, por el contrario, continua: Tal es el precepto del Salvador, ¿pero cómo rezar siempre? ¿Es posible? Sí, sin duda, ya que Jesucristo lo ordena; pero uno se engaña, si cree la cosa muy difícil; es, por el contrario, muy fácil, y la práctica es de las más consoladoras.
Statuts, Chapitre XII
La oración constante es desear conscientemente tener una actitud positiva relacionada con Dios en todas las cosas – en los estudios, en casa, durante los juegos, etc.
Pido porque “podáis comprender con todos los santos cuál es la anchura y la longitud, la altura y la profundidad y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que os vayáis llenando hasta la total Plenitud de Dios”. Efesios 3:18-19