IMAGINA MI DICHA AL PODER COMUNICARTE LOS DONES CELESTIALES

El profundo sentido paternal de Eugenio hacia su familia misionera tuvo una nueva expresión al ser ordenado obispo en 1832: ahora podía ser él quien ordenara a sus hijos al sacerdocio y fue un impresionante don para él, como podemos ver:

“Mi querido hijo, mi único deseo es darte el subdiaconado y tenerte siempre en mi corazón. Imagina mi dicha al poder comunicarte los dones celestiales, sobre todo en la santa ordenación.
 
Este pensamiento me llena por completo y sabes cómo quiero imponerte las manos para el  sacerdocio; estoy encantado cuando, independientemente de esa orden mayor, también se me concede darte las órdenes menores. Como ves, mi querido hijo, estamos completamente de acuerdo.
 
Ahora debes prepararte bien para tu elevación sucesiva a las santas órdenes, y hacerte cada día más digno de tu vocación, avanzando en la perfección”.

Carta al Hermano Charles Baret, en N.-D. L’Osier, Julio 17, 1847, EO X núm. 931

REFLEXIÓN

Siempre me conmueve ver a un padre bendecir a su hijo, pues se trata de un don especial que solo quien genera vida es capaz de impartir. Eugenio siempre estuvo consciente y agradecido por haber sido elegido por Dios para ser el Fundador que diera existencia a una familia religiosa. Aun más agradecido estaba por el privilegio de poder ser el canal de Dios para impartir la ordenación a algunos de sus miembros.

“Eres el arco del que tus hijos son enviados como flechas vivientes.
El arquero ve la marca en el camino del infinito, y Él te inclina con su poder, para que Sus flechas viajen suavemente a la distancia.
Permite que te alegre ser inclinado por la mano del arquero;
Pues aun cuando ama la fecha que vuela, también ama el arco que permanece firme”. (Kahlil Gibran)

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