El Padre Telmon fue una persona talentosa con un increíble celo misionero y muchísima energía, aunque también era impetuoso y no siempre pensaba antes de hablar, lo que en ocasiones hacía que las personas se sintieran ofendidas.
“El P. Telmon requiere moderar su carácter; tiene 40 años, muchos talentos y celo, pero ¿será posible que estropee tantas buenas cualidades por su falta de tacto? Que se convenza de una vez que no es una virtud decir todo lo que se piensa; hay observaciones que es necesario guardar, aunque crea uno cien veces tener razón; hay muchos medios para convencer a la gente, pero nunca lastimar; todo se pierde al herir. Oí decir que sacó de quicio a Mons. Coadjutor con una carta que le escribió”.
Carta al Padre Eugenio Guigues en Canadá, Julio 20, 1847, EO I núm. 86
REFLEXIÓN
«A menudo los grandes talentos son los más encantadores pero los más peligrosos frutos en el árbol de la humanidad. Cuelgan de las ramas más débiles y se rompen con facilidad». Carl Jung