HE APRENDIDO QUE EL TIEMPO NO ES TAN LENTO CUANDO SE PONE LA CONFIANZA EN DIOS

En ocasiones las dificultades encontradas por los misioneros en las misiones en el extranjero parecían insalvables y perdían la confianza. La fe y entusiasmo de Eugenio era alimentado por su inquebrantable confianza en la infalible providencia de Dios. Sabía de sus dificultades y los alentaba.

“¡Cuánto bien nos queda por hacer! No nos dejemos desanimar por las dificultades: ¿quién no tiene que superarlas? Quisiera que los débiles y tímidos oyesen lo que dicen los obispos y los misioneros que pasan por aquí. Es muy distinto de lo que nos ocurre, pero siguen adelante y Dios les ayuda. Adoptemos sus principios, no teman los comienzos débiles, todo se perfecciona con el tiempo, y he aprendido que el tiempo no es tan lento cuando se pone la confianza en Dios”.

Carta al Padre Eugenio Guigues en Canadá, Julio 20, 1847, EO I núm. 86

REFLEXIÓN

Es mucho lo que podemos aprender del ejemplo e intercesión de Eugenio: cuando hacemos la voluntad de Dios, podemos confiar en Su presencia alentadora.

«He aprendido que el temor te pone límites y limita tu visión. Funciona como anteojeras para lo que puede estar solo unos pasos más adelante en tu camino.  El camino es preciado, pero confiar en tus talentos, aptitudes y tu valor propio, te puede empoderar para seguir un camino incluso más radiante. ¿Qué tan genial es transformar el temor en libertad?”  Soledad O’Brien

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