DE LA RIQUEZA, NO TENÍA NECESIDAD, HONORES NO QUERÍA

En 1811, un par de días antes de su ordenación sacerdotal, Eugenio había escrito:

“A ti, y solo a ti se dirigirá todo mi afecto y todas mis acciones. Complacerte y actuar por tu gloria será mi ocupación diaria, la ocupación de cada instante de mi vida. Solo quiero vivir para eso, solo quiero amarte y a todo lo demás en ti y por ti. Desprecio las riquezas, pisoteo los honores, eres todo para mi, ocupas el lugar de todo, Dios mío, mi amor y mi todo. “Deus meus et omnia“.

Notas de retiro antes de su ordenación sacerdotal, 1-21 de diciembre 1811, E.O. XIV

Ahora, 35 años después y en el contexto de refutar la acusación de buscar honor personal, recuerda cómo vivió su resolución después de ser ordenado en 1811:

“Regresé luego a la diócesis de Aix donde pedí que por favor no se me diera ningún puesto, queriendo consagrarme al servicio de los pobres, de los prisioneros y de los jóvenes. Ése no era el camino de la fortuna ni de los honores. De la riqueza no tenía necesidad, honores no quería”.

Diario de Eugenio de Mazenod, Agosto 31, 1847, EO XXI

REFLEXIÓN

El regreso del hijo talentoso de una familia acaudalada habría abierto muchas puertas para avanzar en Aix en Provence. Podría haber pedido una de las mejores parroquias de la ciudad o un puesto lucrativo en la administración diocesana y sin embargo optó por ir en contra de todas esas expectativas y dedicarse a los pobres y más abandonados. Creo que Madame la Presidenta de Mazenod pudo pasar por alguna incomodidad cuando se encontraba con sus amigas nobles y sus estándares sociales.

«Ser humilde significa reconocer que no estamos en la tierra para ver qué tanta importancia podemos alcanzar, sino para ver cuánta diferencia podemos hacer en la vida de los demás”. (G. Hinckley)

Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *