LA IGLESIA SABE COMPRENDER LAS GRANDES OBRAS Y ASOCIARSE GENUINAMENTE A ELLAS

“Que los beneficios del orden natural nos recuerden del incluso mayor orden sobrenatural…”

Rey concluye su narración recordando cuánto fue aclamado el discurso del Obispo Eugenio.

Ese discurso le atrajo al Prelado muchas felicitaciones elocuentes y solo citaremos una carta, del Cardenal de la Tour d’Auvergne, el Obispo de Arras:

«Monseñor, leí con admiración y gran interés su discurso en la inauguración del canal de Marsella. Esta gigantesca obra solo podría haber sido magníficamente celebrada por usted. La elocuencia y dignidad de sus palabras hicieron la ceremonia inolvidable, y la parte que estuvo a su cargo, de hacer tal honor al episcopado, prueba a nuestro siglo que la Iglesia sabe comprender las grandes obras y asociarse genuinamente a ellas. Le agradezco, Monseñor y envío mis felicitaciones a la ciudad de Marsella por el beneficio aportado por el canal, al tiempo que alabo el haber llamado a la religión para engrandecer esta extraordinaria obra”. 

Rey Volumen 2 pp. 255-256

REFLEXIÓN

El Segundo Concilio Vaticano subrayó el papel de la Iglesia en el mundo moderno:
“Y porque la Iglesia es en Cristo como un sacramento, o sea signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano, ella se propone presentar a sus fieles y a todo el mundo con mayor precisión su naturaleza y su misión universal, abundando en la doctrina de los concilios precedentes. Las condiciones de nuestra época hacen más urgente este deber de la Iglesia, a saber, el que todos los hombres, que hoy están más íntimamente unidos por múltiples vínculos sociales técnicos y culturales, consigan también la plena unidad en Cristo”.

Lumen Gentium 1

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