EL GENIO, COMO LA SANTIDAD, SE ENCUENTRA ETERNAMENTE EN SENDEROS TRILLADOS Y ÁRIDOS

El Hermano escolástico Charles Baret, de 22 años, era brillante. Yvon Beaudoin escribió acerca de él:

«Músico, poeta, dotado de gran facilidad para los idiomas, aprendió inglés e italiano con sus colegas irlandeses e italianos, así como el hebreo y el griego. Sufre, sin embargo, durante sus tres años de teología, por la monotonía de esta vida regular de ejercicios de piedad; en relación a esto, escribirá… «clases por la mañana, clases por la tarde, siempre lecciones que aprender, textos que recitar. Esta inmutable uniformidad extraña y subleva la imaginación…»

Enseñaba filosofía a sus hermanos escolásticos Oblatos. “Se conserva una carta del padre Enrique Tempier, del 16 de octubre de 1847, en la cual invita al profesor a seguir el manual de Bouvier y a no despreciarlo ante sus alumnos, los escolásticos de primer año: «Es, señala, un defecto fundamental en el cual he visto caer a muchos profesores en relación con el autor que tenían entre sus manos, como si hubieran creído destacar así su mérito personal, convirtiéndose en críticos desdeñosos y necios de una obra, de la cual ellos no habrían sido capaces de componer ni siquiera la décima parte”.
(https://www.omiworld.org/es/lemma/baret-charles-es/)

Eugenio apoyaba el consejo del P. Tempier:

“Mi querido hijo, atente a lo que el P. Tempier acaba de decirte de parte mía. No trabajes para tu satisfacción particular, sino hazlo todo por Dios que te lo tendrá en cuenta; te bendigo y te abrazo afectuosamente”.

Carta al Escolástico Charles Baret, Octubre 16, 1847, EO X núm. 947

REFLEXIÓN

Por experiencia, Eugenio había aprendido que enfocarse en «hacer todo por Dios» era la clave para el éxito misionero, y no el interés personal. El joven Charles estaba frustrado pues creía que su capacidad no era utilizada adecuadamente. En 1861 pudo escribir: «Las grandes existencias fueron siempre existencias monótonas. El genio, como la santidad, se encuentra eternamente en senderos trillados y áridos…».

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