MANTENER SIEMPRE A NUESTROS MISIONEROS EN LA HUMILDAD DE SU VOCACIÓN

En su carta al Vicario General de Nancy, Eugenio continúa respecto al estilo y método de predicación de los Oblatos:

“Le contestaré modestamente, citando la parte de nuestras Reglas que fija el método que nuestros misioneros deben seguir…

“Sería ir directamente contra el espíritu de nuestra Regla el atender más… a la elegancia del estilo, que a la solidez de la doctrina…

No debemos mirar más que a la instrucción de los pueblos…

no contentarnos con partirles el pan de la palabra sino masticárselo, o sea, hacer de forma que, cuando salgan de nuestros sermones, no se vean tentados de admirar neciamente lo que no comprendieron, sino que queden edificados, conmovidos, instruidos, pudiendo repetir en el seno de la familia lo que oyeron de nuestros labios”.  (Regla 1818)

Quise transmitir este pasaje para invitarle a mantener siempre a nuestros misioneros en la humildad de su vocación y no exponerlos a hacer algo diferente a lo que recomiendan sus Reglas”.

Carta a M. Marguet, Vicario General de Nancy, Octubre 21, 1847, EO XIII núm. 117

REFLEXIÓN

«Una bella homilía, un sermón genuino, debe iniciar con la primera proclamación, con la proclamación de salvación.  No existe nada más concreto, profundo y cierto que esta proclamación”.

(Papa Francisco)

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