SAN JOSÉ, PATRONO DE LA CONGREGACIÓN

“A propósito de oraciones, debo decirte que varios de nuestros Padres desean proponga una invocación diaria a San José, padre de la Sagrada Familia, para pedir velar desde el cielo y proveer a las necesidades temporales de la Congregación, que le reconoce como patrono principal. No es para enriquecernos, sino para poder responder a las necesidades de todos los que la Providencia nos envía”.

Carta al P. Ambroise Vincens, Maestro de Novicios, Noviembre 7, 1847, EO X núm. 953

El nombre completo de Eugenio era Carlos José Eugenio, por lo que San José siempre tuvo un lugar especial en su vida y devoción.  Vemos un ejemplo en esta experiencia en que casi muere en 1814:

“Fue en los cuarteles donde estaban amontonados 2000 prisioneros austríacos, donde contraje la que llaman enfermedad de las cárceles. El día de San José por la mañana estaba en las últimas y, como si mi santo patrono hubiera querido expresarme el efecto de su poderosa protección que invocaban por todas partes, esa misma tarde empecé a mejorar con sorprendente rapidez. Al día siguiente o al otro estaba ya fuera de peligro”.

Carta a su padre, Charles Antoine de Mazenod, Junio 17, 1814, E.O. XV núm. 126.

REFLEXIÓN

“Parece que hay que conectar esta devoción con su visión de la Iglesia, fruto de la Sangre de Jesús, visión que rebasa el marco de la Iglesia terrestre y le hace entrar en comunión incesante con la Iglesia del cielo. De ahí su profunda devoción a los santos, especialmente a María Inmaculada e, “inmediatamente después de la Santísima Virgen, escribe el P. Rambert, San José ocupaba el primer lugar en su corazón”
(https://www.omiworld.org/es/lemma/jose-san/)

«San José, no podemos amar a Jesús y a María sin amar al Santo Patriarca”.  (San Josemaria Escriva)

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