ESTÁN AL SERVICIO DE TODO EL MUNDO Y NO ASPIRAN A SUS PARROQUIAS

Parte del clero canadiense no recibió con alegría el trabajo de los Oblatos.  Lo mismo había sucedido en Francia cuando Eugenio fundó a los Oblatos.  Al escribir al Obispo Bourget de Montreal, Eugenio citó algunas de las quejas y continuó:

“Podría citarle muchas otras, pero prefiero agradecerle haber llamado a nuestros buenos padres al servicio de Quebec.
Un amigo del Sr. de Charbonnel le describió con alegría todo el bien que han hecho desde que les encargó el cuidado de esas almas, y espero que cuando estén bien establecidos y allí pueda reunirse una comunidad, harán más aun”.

Algunos de los sacerdotes diocesanos temían que los Oblatos se quedaran con sus parroquias.  El nombramiento del Obispo Oblato Guigues para Ottawa también le acarreó muchas críticas.

Pero ¿por qué la envidia hacia hombres tan inofensivos como los Oblatos de María? Están al servicio de todo el mundo y no aspiran a sus parroquias. El que uno de ellos haya sido nombrado Obispo sin buscarlo, el verdadero obispado de misión solo podía ser bien cumplido por un misionero, de ahí un desencadenamiento general, como si se hubiese quitado a cada uno de ellos la mitra a la que aspiraban”.

Carta al Obispo Bourget en Montreal, Mayo 10, 1849, EO I, núm. 117

 REFLEXIÓN

El poder del mal intenta destruir siempre el bien que se realice en nombre de Dios. Eso ha sido evidente desde la época de Jesús y continuado a través de los siglos.  El pecado se apodera del corazón de las personas, llevándoles a decir palabras destructoras.  Nadie está exento.

“El hombre, creado para la libertad, lleva en su interior la herida del pecado original que constantemente le lleva hacia el mal y a necesitar la redención.  Esta doctrina no es solo parte integral de la revelación cristiana, sino que además conlleva un gran valor hermenéutico, siempre y cuando nos ayude a comprender la realidad humana.  El hombre tiene tendencia al bien, aunque también es capaz del mal”. (Papa Juan Pablo II, Centesimus Annus §25)

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